jueves, 20 de marzo de 2014

Documentos para a recuperación da memoria lucense (I): Luis Pimentel, Francisco Lamas e un cadro de Colmeiro.

Autorretrato de Colmeiro

O 4 de Marzo de 1934 o xornal “El Progreso” publica una carta de Francisco Lamas, o derradeiro alcalde republicano de Lugo, dirixida ao poeta Luis Pimentel. Nesa carta aberta, Lamas, aproveitando a intención de Pimentel de contratar una obra do pintor Colmeiro para o Círculo das Artes, fai una crítica feroz do ambiente da sociedade e das cavernas da cidade, contrarias a mudar o aspecto artístico da entidade, nunha estampa de grande valor histórico local. A relación de Luis Pimentel co Círculo das Artes é de sobra coñecida e foi un dos impulsores da súa actividade cultural. 
Francisco Lamas e o escritor Pepe Gayoso
Lamas tamén abre un debate artístico contra a concepción conservadora dos vellos dirixentes locais. Metáfora de dous xeracións locais e galegas, os “Ronseis” e os “Yunques”, e dúas visións galeguistas diferentes. Unha, a dos anos vinte, máis galega pero menos política, e outra, a dos 30, defensora dos valores republicanos e situada máis á esquerda.

O poeta Luis Pimentel sentado ao fondo na mesa da esquerda. Ao seu carón, Celestino Fernández de la Vega e o farmacéutico galeguista Antonio Figueroa

Réplica a Luis V. Pimentel

“Una vez más la generosa sensibilidad del fino espíritu del poeta tan sutil, lanza su pequeño grito de guerra y de paz, una vez más, desde luego, no encontrará el eco de una respuesta.
¿Pero crees tú que interesa hablar de arte? … Aquella frase de Larra, tan redicha, de que en España escribir es llorar, tenemos aquí que traducirla nosotros diciendo en este caso que en Círculo de las Artes es posible encontrarlo todo, desde el elegante <damiselo> hasta el político de altura, pero Arte y mucho menos Artes es muy probable que no aparezcan sino en el letrero de la fachada.
Parece imposible que se quede tan sola tu voz escondida entre las columnas de esa otra Voz tan satisfecha, pero los imposibles son archiposibles entre nosotros, y ni el Círculo encargará a Colmeiro, a ese espléndido redentor del paisaje gallego, ni cuadros ni (…), ni nosotros podremos sacar de encima la pesadilla deseos feos cuadros de la escalera del Círculo, que ni tienen carácter, ni valor, ni belleza, ni encanto de ninguna clase; no son viejos ni nuevos, son simplemente absurdos y hasta si mucho me apuras te diré que indecorosos y que por antihigiénicos había que sacarlos de allí.
Pero esto no interesa, ya que como no estorban para jugar al dominó, ni para el regodeo carnavalesco, nadie tendrá la ocurrencia de sustituirlos por la deliciosa pintura mural que podría colgar Colmeiro.
Colmeiro es en este momento el más destacado valor de la pintura campesina; tú lavaste a Souto con escándalo de los vejetes de la popular Sociedad y purificaste el ambiente de salón; llevar a Colmeiro a la escalera sería llevar un aliento de campo, sano, con esa honrada ingenuidad con que pinta Colmeiro, a la entrada misma del Círculo y que limpiaría el aire que se respira allí, pondría un poco de vida en algo tan muerto, ennoblecería la sociedad al dar a la escalera un rango, una categoría honorífica de la que hoy carece por ese aspecto de escalera de hotel de provincias que sin querer se le encuentra.
Colmeiro justificaría el arte en el Círculo y éste podría decir que tenía pinturas de un hombre de campo gallego que es uno de los pocos pintores de la España de hoy. Ti irías al Círculo con más alegría y quizás con más valor, la gente aprendería a utilizar los ojos, todos saldríamos ganando y la Directiva habría hecho algo más que tomar café y comprar barajas; pero yo me temo que tengas que curar un poco tu preocupación (…) y ocuparte en público de algo que los sentidos varones calificarán de verdaderamente útil y trascendente: por ejemplo, si es preferible curar los catarros con aguardiente o con la <asperina>. Creo que así merecerás bien de la patria y podré admirarte dentro de poco en la Academia.
El arte es una una psicosis, dice ese libro sublime que se llama Espasa, de manera que el Círculo no encargará los cuadros a Colmeiro, la escalera seguirá con aquellos adefesios y tú, además de perder el tiempo, te has clasificado según el Espasa."

Francisco Lamas.


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